Cirsium arvense o cardo, es una mala hierba perenne que posee una raíz central muy profunda y fuertemente arraigada. Se desarrolla eficientemente por todo tipo de suelos, tanto en aquellos áridos y baldíos como en zonas húmedas con fluctuaciones del nivel de agua.
Las hojas son típicamente espinosas y difíciles de arrancar, aunque la característica más notable de esta planta son sus flores moradas agrupadas en capítulo.
Las semillas, transportadas por el viento, facilitan su dispersión por el territorio. Una vez establecido el cardo cundidor, se propaga rápidamente tanto por semillas (en el suelo puede sobrevivir hasta 20 años) como por raíz. Gracias a su ésta, la planta madre puede resistir el paso del motocultor e incluso este procedimiento favorecer su dispersión.
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